La frase: “La mujer del César no solo debe ser honrada; sino también parecerlo” la cual podemos parafrasear a: “No solo hay que serlo, sino parecerlo” enseña grandes verdades.
Todo empezó cuando una persona muy cercana a mí me dijo: “Lo que escribes es muy diferente a la persona que eres en la realidad”.
Aquellas palabras fueron como un balde de agua fría, que dejo tiritando mi moral, sentía como si verdaderamente había fallado en una de mis grandes reglas personales, la de: “No escribir algo que no sea capaz de vivir o cumplir”.
Primero llegaron las preguntas: ¿Había cambiado? ¿Estaba descuidando mi manera de ser?
Luego vinieron las excusas: No todos los escritores son como escribían, muchos románticos tenían mal humor o muchos motivadores también se deprimían.
Sin embargo, al final había que admitir la verdad, escribir es muy fácil, pero vivir lo que se escribe ése es un verdadero reto.
Entendí que sí tenía muchas áreas por mejorar, que había dejado de esforzarme por ser aquel escritor bohemio de pasatiempo que siempre soñé ser.
Puede sonar a cliché, pero yo realmente quiero estar a la altura de lo que escribo, sin importar las burlas o lo que me cueste.
Es mi deseo, que los que me conozcan puedan escucharme y mirar mi vida y decir, realmente él es aquel chico que escribe esos versos motivadores y reflexivos.
Quizá hoy no lo sea, pero voy camino a convertirme en el Pensador.
“La integridad del hombre se mide por su conducta, no por sus profesiones.” Juvenal
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