Escribir

Siempre he pensado que cuando un escritor deja de escribir es porque algo malo ocurre en su interior.

Las grandes ideas llegan a las almas grandes, llenas de emociones, de vida, de melancolía, pasiones, tristezas, soledades, alegrías, motivaciones, etc.

Pero cuando el alma no es capaz de sentir, cuando los problemas nublan aquel extraño juicio del escrito, es entonces cuando escribir se vuelve difícil y las palabras se hacen escazas.

Escribir es abrir el corazón y dejar que fluyan sentimientos e ideas, es tomar una parte de ti y plasmarla en letras, pero sin letras en el alma, entonces es imposible escribir.

El escritor es un alma bohemia, es un alma curiosa llena de irrealidades y de vistas en tonos sepia y grises.

Me imagino las innumerables conversaciones que tendría con cada escritor intentando describir lo que se siente al escribir o como vemos el mundo de las letras, pero no hay nada de especial en nosotros, solo aquel deseo por hablar a través de la escritura.

Escribir, que gran don y es uno de los mejores talentos que se puedan recibir.

El poder narrar los sentimientos que yacen en nuestra alma, el poder describir en cada párrafo las emociones que flotan en el interior, es tan liberador.

Me encanta tanto este talento, me gusta tanto poder compartirlo con el resto y le agradezco mucho a Dios por darme otra razón por la cual estar agradecido con El.


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