Toda la vida sientes que eres alguien importante, a pesar de que no estás rodeado de lujos o de placeres.
En el fondo sabes que estás destinado a algo grande, así que esperas pacientemente por esa oportunidad.
Crees que en cualquier momento frotarás la lámpara correcta, que un accidente te dará superpoderes, que por casualidad descubrirás un talento escondido, algo que te logré sacar de aquel estancamiento.
Saben a qué me refiero, buscamos aquel milagro que nos convierta en príncipes, en seres extraordinarios, en personas de renombre.
No nos damos cuenta que ya lo somos, en nuestro interior somos más fuertes de lo que aparentamos, somos más valientes de lo que decimos, somos más grandes de lo que piensan de nosotros.
Y lo somos porque luchamos cada día a pesar de las adversidades, porque no nos rendimos ante las dificultades, porque vencemos la depresión, porque conquistamos nuestros miedos, porque mantenemos nuestra fe a pesar de lo que los demás digan.
La vida no ha sido fácil, sin embargo, seguimos adelante.
Los buenos tiempos a veces se han hecho esperar, sin embargo, nos mantuvimos firmes.
Los sueños parecen lejanos, sin embargo, hemos sacado fuerza de flaqueza y hemos ido avanzando tras ellos.
Eso hacen los héroes, las personas extraordinarias son aquellas que no se limitan a su condición, logran pequeños triunfos hasta que convierten sus sueños en realidad.
Quizá no tenga sangre azul, ni un nombre reconocible, pero eso no me impedirá convertirme en todo aquello que siempre soñé ser.
No necesito un genio que haga mis deseos realidad, tengo fe y ganas de luchar por mis sueños.
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