Dicen que soy muy frío, tremendamente misterioso, exageradamente complicado, que no tengo emociones, ni sentimiento alguno en mi corazón.
La verdad es que estoy cansado de la monotonía de las mismas frases: “me gustan tus ojos” “escribes bonito” “que lindos son tus rulos”.
Es como si hubiera perdido aquella chispa que me provoca enamorarme, ésa esencia que hace que las personas busquen el amor de sus vidas.
De alguna manera quisiera poder sentir otra vez, que alguien lograra hacerme sentir que el amor verdadero sigue existiendo para todos.
Una parte de mí también tiene miedo de encontrar a ésa persona, porque uno se vuelve tan vulnerable, baja sin querer sus defensas.
Duele tener que volver a construir las mismas murallas que derrumbaste una vez que todo termina, cuesta mucho despedir a alguien de tu corazón.
Enamorarse es un riesgo demasiado alto, demasiado costoso el tener que dar todo por otra persona, demasiado tedioso tener que conocer a alguien.
De alguna manera quisiera que alguien lograra despertar esos sueños románticos, aquellos deseos de una vida juntos.
A pesar de mi mirada fría o de mis gestos llenos de desinterés, muy en el fondo soy alguien que desea ser encontrado por alguien que sepa amar.
Soy un libro que nadie parece poder entender, un rollo lleno de letras en un idioma inexistente, una lengua ya extraviada.
Un ser que no puede evitar ser lo que es, una persona que quiere ser descifrada, un alma que anhela sentirse al fin completa.
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