Siéntate chico, sé que ya estás mayorcito, pero déjame darte unos consejos:
Ya nadie quiere escuchar a un hombre mayor, mis recuerdos parecen piezas de un rompecabezas incompleto en mi mente.
La vida es como el día y la noche, naces y comienza a amanecer, cuando eres niño no comprendes mucho, vas creciendo y aprendiendo hasta llegar al mediodía, en donde tu luz alumbra mucho, ya cuando comienzas a entender la vida, comienza el atardecer. Los últimos años ya parecen una noche estrellada, algunas cosas oscurecen, sin embargo, si aprovechaste bien el tiempo eres mucho más sabio.
El amor es como el mar, por ratos muy bravo y enérgico en cambio en otros tenue y pasivo, el truco si quieres llegar a buen puerto, es aprender a nadar en ambas aguas. Aprende a ser un buen marinero porque habrá tormentas, todas las parejas las tienen. Sostén su mano en esos momentos, no permitas que los fuertes vientos o las muchas aguan hundan tu relación.
La ira es como un león, no como esos “flacuchentos”, te hablo de los grandes, esos que con un rugido te paralizan, que con su mirada sientes que te van a devorar sin piedad. El león se alimenta de tus malos recuerdos, de tus heridas, de todas aquellas cosas que debiste sanar, de aquellas personas que debiste perdonar. serás más sabio si perdonas, si dejas ir los traumas.
La avaricia es como la nieve que se derrite en primavera, uno de los grandes males de la humanidad es la invención del dinero, sé que sirve para todo, pero lo odio porque he visto con los años a muchas personas perder sus valores por conseguirlo, se inteligente, no dejes que te domine, no permitas que te esclavice, antes inviértelo y “guarda pan para mayo”.
Ya no recuerdo que más quería decirte, gracias por escuchar a un viejo gruñón, espero que te sirva para llegar a buena vejez, así como yo.
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