Caminado por la calle comienzo a sentir éste sentimiento, como si una parte de mí hubiera recordado algo ya dejado atrás.
La nostalgia de tener aquellas emociones de cuando era adolescente, cuando creía que el amor era inocente y tan puro.
No había complicaciones ni temores, vencías las dudas tan rápido, solo bastaba ver aquel rayo de luz que se posaba sobre su rostro.
Aquella melodía que te hace caminar flotando, esa sensación de haber sido encantado, aquel sueño que yo ya había olvidado.
El sueño de encontrar aquella chica ideal, que aparecía como un ángel en la madrugada para recordarme que al despertar debía buscarla.
El trabajo y el estrés intentan mantener mi cabeza ocupada, sin embargo, aquel adolescente ha vuelto a revivir dentro de mí.
Algo ha cambiado, puedo ver su silueta en todas partes, abro mis ojos con la sensación que éste día la puedo hallar.
Comienzo a sonreír sin razón ni motivo, mi actitud es más positiva, no puedo ocultar la felicidad que brota del interior.
Aquella melodía que oculta todas las quejas, esa sensación que me llena de emoción, aquel sueño que ha vuelto a revivir.
El sueño de saber que todavía puedo encontrar el amor, me visita ahora despierto y me recuerda que nunca es tarde para volver a enamorarse.
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