Sentimientos encontrados: En psicología, se utiliza “disonancia cognitiva” para referirse al estado psicológico de tener necesidades, pensamientos y deseos contradictorios.
Hay una desarmonía sucediendo en mi interior, puedo escuchar a mi corazón echarse la culpa por ser tan confiado y con ganas de no volver a amar, mientras que mi mente extrañamente razona en voz alta las conveniencias de no estar solos.
Los dos puntos de vista dan sus razones, cada uno con argumentos muy convincentes, trayendo a la memoria fragmentos del pasado o sueños que he guardado para el futuro, provocando una tensión entre mi cordura y la locura.
Son sentimientos encontrados, perspectivas diferentes que chocan provocando una avalancha de emociones en mi interior, pensamientos que luchan contra mis sentimientos más profundos, mientras que mi yo consciente está en el medio sin saber qué hacer.
Es como estar en medio de un juicio, escucho al abogado levantarse y decir que el amor es lo más hermoso que existe, que una de las mejores sensaciones que el ser humano puede experimentar es la del poder sentirse amado y devolver aquel amor recibido.
El fiscal ahora toma la palabra aseverando que el amor también puede traer tristeza o dolor inimaginables, que un amor no correspondido es una gran desilusión a nuestro interior y que un “amor” al terminar siempre será amargo.
Se supone que debo ser yo el que pueda dar un veredicto final, pero después de escuchar a ambas partes sigo igual de confundido, tan perdido entre toda aquella marea que se siente al estar enamorado y todo aquel desierto que atraviesas cuando las cosas no resultan como uno hubiera querido.
Son deseos tan contradictorios que me impulsan a pensar lo difícil y complicado que a veces puede resultar el amar a otra persona.
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