Una tarde de Septiembre

Una tarde de Septiembre

Recordé una vieja tarde en donde estaba recostado en la alfombra de mi cuarto, la canción “Quizá” sonaba repetidamente en mi celular, yo observaba el techo.
Pensaba en el futuro, en como cambiarían las cosas con los años, preguntándome cuantas cosas podrían cambiar cuando llegue a cumplir treinta años.
Aquella sensación de nostalgia me embarga y puedo recordar nítidamente el color blanco del techo, sentir la tela de aquella chompa con capucha que me gustaba vestir.
Hoy ya cumplí los treinta y me cuesta creer cuanto han cambiado las cosas desde aquel día, es tan extraño reflexionar sobre todo lo que ha pasado.
No me estoy quejando, por el contrario, me sorprenden las idas y venidas de la vida, como somos obligados a avanzar, aunque no nos sintamos preparados.
Momentos buenos se funden con tiempos malos en mi memoria, creando una línea de tiempo de tantas cosas que han sucedido en estos casi diez años.
Ha habido temporadas de tormentas en donde debí recordar que no estaba solo y en los que agradezco a Dios por no estar solo.
Instantes tan felices que el tiempo jamás podrá borrar de mi memoria, aquellos minutos por los cuales agradeces de poder estar vivo.
Tantas variaciones en tan poco tiempo, tantas ocurrencias que ahora me sirven de inspiración, tantas anécdotas que se han transformado en lecciones para conducirme mejor en la vida.

A pesar de las subidas y bajadas me alegra tener el mismo ánimo que solía tener y nuevamente me pregunto: ¿Cómo seré cuando llegue a tener cuarenta años?



Comentarios