¿El mentiroso?

Estoy frente al computador preguntándome: ¿quién es aquel que escribió esos mensajes tan positivos y llenos de esfuerzo y superación?

Estoy leyendo tantas cosas que parecieran que fueron escritas en otra vida, tecleadas por otras manos y pensadas por una mente más soñadora que la que tengo hoy.

Veo comentarios de personas que me agradecen, me imagino las vidas que deben tener y lo mucho que pude animarles y sigo sin comprender: ¿Por qué yo sigo así?

Desearía subir a mi máquina del tiempo y transportarme a un pasado lleno de días despejados, tardes llenas de buenas noticias y noches llenas de recuerdos de sucesos increíbles.

Quisiera estar en la piel de aquel joven que está vestido de entusiasmo, aquel joven lleno de expectación por el día a día y que no había problema que lo frenara.

Esas letras escritas que tengo al frente son mis testigos, mis confidentes y mis acusadores, porque me acusan de que si no me levanto ahora, soy culpable de mentira y de engaño.

Hay heridas que no puedo ocultar y que tardan en sanar, últimamente mi alma está llena de cicatrices que hacen que duela el avanzar y el querer.

Trataría de ser honesto y decirles que me encantaría darme por vencido, que me inquieta el tirar la toalla y que no me molestaría estar cerca al final pero no puedo porque el poeta que llevo adentro no le gusta escribir dramas sino historias llenas de superación.

El niño que todavía sobrevive dentro de mí quiere seguir corriendo aun a pesar de la torrencial lluvia de problemas, el adolescente que llevo dentro todavía quiere superar sus dudas y el joven del que estoy vestido actualmente, todavía se enterca en seguir escalando cuesta arriba.

Y sentado esta tarde frente al computador escribo un mensaje honesto de dolor y superación, porque no me rendiré y espero que usted tampoco lo haga, aunque déjeme decirle que lo entiendo y que comparto sus emociones y sus miedos pero le pido que al leer esto tenga usted la osadía y la terquedad de seguir adelante y de vivir realmente una vez más.