TONY VS POR UNOS SEGUNDOS

Algunos días cuando estás soltero cuesta mucho esperar, es difícil creer que existe esa persona perfecta que llegará a tu vida para espantar a soledad.
Sin embargo, un día aparentemente normal, tomas el camino correcto, a la hora correcta, subes al transporte correcto y entonces todo encaja para que la vida cambie o te dé una lección.
Subes al metro, afortunadamente no hay muchas personas, estás aburrido, no quieres sacar el celular, pero entonces la ves.
Aquella hermosa mujer subiendo, con aquella belleza como si supieras que Dios la hubiera hecho para ti, cuya gracia te hace soñar.
No olvido aquel día, cuando nuestras miradas se cruzaron y me sonreíste, mi timidez me hizo voltear, pero no te rendiste y te sentaste a mi lado.
Solo atiné a decirte: Hola, un sencillo saludo que se convirtió en horas y horas de conversaciones, cada una más interesante que la otra.
Fue como si te hubiera conocido de toda la vida, esos sueños que se hacen realidad y entonces comprendes que la espera valió la pena.
Años y años con sus subidas y bajadas, pero que ayudaron a fortalecer la relación más hermosa que jamás haya existido…
¡Llegando a la estación Benavides! Y de pronto desperté…
Aquella chica bajaba en la estación y recobro el sentido.
¿Debería correr tras ella? ¡No! Soy solo un extraño; tan solo fue un sueño.
Fue más que un sueño, era una lección de que la vida puede cambiar en cualquier momento.
Sé que el amor tarde o temprano llegará, y no debo desesperarme, porque cuando llegue, será más especial y bello que cualquier sueño que pueda imaginar.
“Ojalá que la espera no desgaste mis sueños.” Mario Benedetti


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