Existen momentos dónde algo me deja impresionado y continúo pensando en eso el resto del día, puede ser una película, un libro, una anécdota o una historia.
Me pregunto: ¿Cómo es posible que tantas personas hayan visto lo mismo que yo, sin embargo, no aprecian el mismo mensaje?
No todos aprecian la vida de la misma manera, no todos aprecian el arte de la misma manera, no todos nos pueden apreciar de la misma manera.
Recuerdo la adolescencia, aquellos años en donde estábamos llenos de inseguridades y como me hubiera gustado que alguien me dijera: Hey, todo va a estar bien.
Muchas personas se sienten mal con su situación actual, o peor aún se dan cuenta que están actuando mal, y solo se lamentan, no toman la bella decisión de ser mejores.
Si la vida fuera un lienzo yo quiero pintar mi mayor obra de arte, si mi vida fuera un libro quiero llenarla de los mejores versos, si mi vida fuera un platillo le pondría los mejores ingredientes.
Quizá no todos pueden apreciar lo que somos, pero me rehúso a que mi vida no me guste, porque soy yo el que toma las decisiones para cambiarla.
Si se lo propone de corazón, si tiene fe, las cosas pueden cambiar, además poseemos una conciencia la cual nos está gritando que algo está mal en nosotros.
¿Valdrá la pena el esfuerzo? La respuesta honesta es: No lo sé.
No siempre se puede predecir el futuro, no siempre se tienen todas las respuestas, pero quedarnos inmóviles nunca ha beneficiado a nadie.
Aspirar ser mejor es un asumir un riesgo, salir de la zona de confort para hacer algo diferente, algo a lo que quizá no estemos acostumbrados y nos cueste hacerlo.
Yo aspiro y lucharé por ser mejor… ¿Y tú?
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