Eres el típico nuevo en un trabajo, te sientes motivado, entusiasmado y con muchas ganas de dar lo mejor de ti en la nueva empresa.
Por experiencia sabes que es bueno conocer a tus compañeros, eso te facilitará resolver muchas dudas, te brindarán consejos y te harán más sencilla tu estadía.
En teoría lo anterior suena muy bien, hasta que descubres que tus compañeros no son lo que esperabas, sino que por el contrario son unos seres llamados “los antiguos”.
Los antiguos son dinosaurios que ya no quieren progresar, se van extinguiendo de a pocos debido a que no quieren evolucionar junto con la empresa.
Son elefantes que ya no caben en las empresas modernas, sus cargos inflados, sus méritos del ayer ahora son una carga que no los dejan avanzar.
Aves de rapiña y cazadores que intentan espantar a los nuevos reclutas, porque sienten que su “comodidad” está siendo amenazada.
Es muy fácil estar en un trabajo y con el tiempo convertirse en un “antiguo” ya que nunca existirá alguna empresa que sea perfecta.
Para ser uno de ellos solo basta con que te conformes con llenarte de quejas y nunca brindar soluciones, con dejar de estar motivado cuando haces las labores, con nunca preocuparse por mejorar, o preferir no apoyar a los demás porque te disgusta que alguien más pueda crecer.
Ahora me gusta ir a trabajar y seguir sintiéndome como un “nuevo” sabiendo que hay mucho por descubrir, intentando aprender de los que estuvieron antes, tratando de impulsar a los que también se encuentran animados, preocupándome de que mi espacio de trabajo sea el mejor posible y de que mis “logros” no sean nunca una carga, sino sean un nuevo impulso.
Comentarios
Publicar un comentario