Soledad


Me aburrí de los juegos de celular, de las redes sociales y de las canciones románticas.

De golpe dejaron de volar palomas, las abejas ya no hacían miel y volvieron las frases tristes.


Soledad vienes de nuevo a visitarme, te invito un lonche, un café y hasta el almuerzo.

De pronto odias tomarte fotos, los libros parecen ser la mejor compañía y la esperanza vuelve a ser el tema de conversación.


Dios tiene a alguien para mí, lo repites mientras intentas olvidar el rostro de alguien que se fue.

Soledad llegaste de golpe y amenazas con quedarte una temporada, desearía que tú visita sea corta y ruego que una bella alma me visite pronto.


El cuarto se tiñe de negro, te alejas de la gente para evitar las típicas preguntas y solo deseas borrar el pasado.

El tacho se llena de objetos que fueron buenos recuerdos, creas un backup de viejas historias y un sin sabor te recorre la mente.

Soledad no quería abrirte la puerta pero aquí estás, pasa un momento, toma asiento y comamos un festín de sueños que quisiera que me sucedan a mí.


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