Camino
torpemente hasta el baño,
Abro
y cierro la puerta tratando de hacer el menor ruido posible.
Me
paro frente al espejo y allí es donde mi odisea comienza.
Empiezo
a verme mientras hago muecas, y me doy cuenta de lo mucho que he crecido.
El
rostro no es el mismo, la mirada no es la misma, ahora tengo algunas canas, y
obviamente la cara de sueño no ayuda.
Me
lavo las manos y al hacerlo pienso en los que trabajos del día y todo lo que
estas manos harán.
Tomo
el cepillo, le pongo pasta de dientes y sonrío, recuerdo cuando era niño y no
llegaba al espejo, y comienzo a admirar mi sonrisa.
Me
aplico la crema de afeitar y cada vez que lo hago me imagino el bigote que no
tengo y pienso en el futuro, si llegaré a ser anciano o si me casaré y tendré
hijos.
Mientras me afeito recuerdo la primera vez que me afeité y me corté al hacerlo.
Mientras me afeito recuerdo la primera vez que me afeité y me corté al hacerlo.
Las
personas creen que siempre me tomo todo a pecho pero aprendí a burlarme de mí
mismo.
Me
enjuago bien y comienzo a pensar en las decisiones que tomé, en mis pequeños
logros, en lo inconforme que me siento conmigo mismo y lo que debo hacer para
mejorar.
Recuerdo
ser niño y quería ser como Spider-Man, de adolescente estaba ansioso por crecer
y madurar, de joven era muy obstinado y quería creer en los sueño, pero ya casi
adulto es más como resistir y ser realista, hasta que llegue mi oportunidad de
cumplir mis metas.
Me
siento contento por mi familia, quizá puedo ser un mejor hijo o hermano,
también extraño a los amigos, a los buenos que siempre quedan y en lo feliz que
soy con mi pareja.
Me
arrepiento de algunas decisiones que tomé, el futuro siempre parecía borroso, nunca
fui de esas personas que parecen tener todo fácil y hasta nacen con profesión.
Sé
que hoy llegaré tarde, pero de nada sirve ir al trabajo sin primero desahogarse,
sin saber quién soy o sin estar motivado
Dios,
te pido que me des un buen día y que todo salga bien.
Dale salud a mis padres, protege a mis hermanos, bendice a mi pareja y a los amigos verdaderos.
Que
todo salga bien en el trabajo, que no tenga clientes difíciles sino que se alegren
de escucharme.
Que
nunca me falte la risa, que pueda superar los malos tiempos y que me sienta
feliz.
Perdóname
por mis errores, ayúdame por favor a estar orgulloso del hombre que veo frente
al espejo y acompáñame siempre.
Gracias por un nuevo día y
por un nuevo comenzar.
Comentarios
Publicar un comentario