¿Se lo merecía?


Estoy parado frente al mar, en aquella playa que visité muchas veces de niño.

La brisa del mar en mi rostro me produce cierta nostalgia, casi puedo recordar la alegría que sentía cuando arrojaba todo tipo de piedras a las olas.

Estando aquí, puedo verme a mi mismo de pequeño junto a mi, puedo verlo divirtiéndose y mirando con cierto temor el mover de las olas.

Al verlo, los recuerdos de mi vida comienzan a aparecer, mi mente parece inundada por un mar de imágenes y de emociones.

Y estando junto a él pienso, todo lo que aquel niño tendrá que vivir para convertirse en lo que ahora soy.

Al imaginarlo frente a mí, puedo casi sentir que aquella versión de mi pasado fuera real y me pregunto: ¿Se lo merecía?
¿Aquel pequeño se merece tantas traiciones mientras crecía?
¿Se merece crecer y tener que soportar tantas decepciones?
¿Se merece la soledad o el costo tan alto de cada error que cometió?
¿Se merecía el tener que ser muchas veces llevado al límite?
¿Se merecía tener que madurar antes de tiempo?
¿Se merecía tener que levantarse tantas veces?
¿Se merecía perder aquella mirada de inocencia?
¿Se merecía ser quebrado una y otra vez?
¿Se merecía tener que guardar tantas lágrimas?
¡¿Se lo merecía?!

Me pongo de rodillas imaginando que lo tengo cara a cara y tengo ganas de abrazarlo y decirle: Mira niño, mira en lo que te convertiste…

De pronto mi imaginación me traiciona, y veo a aquel niño reír, casi puedo escuchar su escandalosa risa llenando mis oídos.

Tomo un respiro y me doy cuenta que aquel niño sigue riendo en mi interior, su risa todavía se escucha tras cada victoria y cada pequeño logro que he tenido a lo largo de los años.

Reacciono y me doy cuenta que no todo ha sido malo en mi vida, he tenido también muchos grandes momentos y ahora puedo recordar muchas razones para ser feliz.

Sé que no puedo cambiar el pasado o controlar las circunstancias que me rodean, pero puedo decidir convertirme en aquella persona que desde niño soñé ser.

No voy a permitir que el enojo o la tristeza me conviertan en alguien que no soy, voy a luchar siempre para que aquel niño continúe riendo en mi interior.



Comentarios