El niño vive


¿Qué harías si pudieras volver al pasado y verte a ti mismo siendo un niño?

Quizá coincidirías conmigo en que tratarías de convencer a aquel pequeño de que al crecer no pierda esa facultad para ser valiente o no tener timidez, que deje de preocuparse y disfrute más de la vida.

Puede que intentes decirle que sea más alocado en la adolescencia o que se arriesgue un poco más con los años, porque habrá momentos y experiencias que nunca se volverán a repetir.

Pero regresando al hoy, no tenemos máquinas del tiempo pero nos tenemos a nosotros mismos y quizá al igual que aquel ejemplo, nos estamos perdiendo del presente por los miedos que podría traer o no el mañana.

Muchas personas pierden el amor de su vida, su trabajo soñado, amigos o la oportunidad de una vida mejor por no atreverse a dar un salto de fe a lo desconocido y aventurarse a vencer sus miedos.

Sin darse cuenta aquel niño valiente, confiado, imaginativo, lleno de fe y soñador se encuentra agonizando en su interior.

¿Qué sucedería si nos diéramos la oportunidad de recuperar algunas de las virtudes que tenía aquel niño que solíamos ser?

¿Sería tan grave ser un poco más valientes, despreocupados o soñadores?

Quizá es momento de que aquel niño vuelva a la vida, que haga un par de cambios y le dé un poco de color a aquel adulto gris en el que nos hemos convertido.

La vida es única, no volverá a repetirse y aunque a veces existan errores o derrotas eso no es excusa para que el miedo nos haga perder oportunidades o nos evite luchar por aquello que soñamos

Sea valiente y vuelva a soñar, vuelva a divertirse, vuelva a cometer errores y también cometa alguna locura que le sirva como anécdota cuando lleguen los nietos.

Seamos adultos con almas de niños, seamos más que un traje elegante y ceños fruncidos, convirtámonos en aquella persona con la que solíamos soñar.


Permita que aquel niño vuelva a la vida y grite: ¡El niño vive!



Comentarios