Guerreros de la vida


El miedo que tengo es muy fuerte, puedo sentirlo recorrer mi cuerpo, nublar mi mente y paralizarme por completo.

Los recuerdos del ayer son muy fuertes y demasiado dolorosos como para si quiera intentar vencerlos.

Una vez que la vida te golpea es cuando recién te das cuenta de lo mucho que te faltaba por crecer, de lo inmaduro que eras y de lo frágil que puede llegar a ser tu corazón.

Estoy muy confundido adolorido, ido de la razón pero sin importar cuanto dolor sea capaz de soportar, no puedo darme por vencido.

La vida es una batalla constante que solo los valientes y persistentes son capaces de conquistar.

El pasado no va a frenarme, no se convertirá en una carga, sino que lo usaré como enseñanza y como trampolín para llegar mucho más lejos.

La vida cambia demasiado rápido y aquellos sueños que llevabas contigo pueden desvanecerse y quedar como simples historias.

Si realmente quieres ver el final feliz de tu historia entonces no puedes darte por vencido.

No importa lo difícil que se vea el futuro o lo empinado que parezca la montaña que deba escalar, sé que tengo las fuerzas para dar el siguiente paso y llegar hasta el final.

Mis pensamientos me obligan a seguir y mi fe es el motor que me ayuda a avanzar cuando mis ojos me hacen dudar.

Soy un soldado que ha aprendido a luchar en contra de las tristezas, que ha aprendido a soportar el dolor de las heridas de las decepciones.

Estoy luchando por ser mejor, por ser aquello que quiero ser y no me rendiré.

Yo sé el motivo por el cual vivo, conozco el Camino que debo seguir.

No voy a fallar porque alcanzar mi destino será mi mayor conquista.



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