La Isla

A veces me siento atrapado en una isla, cómo si el resto del mundo no importara o como si no me conociera.

Las presiones, las traiciones y los cambios bruscos hacen que madures más rápido, que veas la vida de otra manera, es como si hubieras perdido al niño interior que llevabas dentro pero el resto del mundo sigue igual divirtiéndose como si no pasara nada.

Hay días en los que pareciera como si hubiera puesto barreras a mi alrededor que no dejan pasar a nadie, ni siquiera a las personas que realmente me importan.

Sé que la vida sigue pero es como si pasara por tu lado, como si todos los demás vivieran en un mundo paralelo y los sentimientos estuviesen escondidos tras un cristal.

Los momentos difíciles me han vuelto duro, es como si fuera un soldado al cual le quitaron la guerra pero que no puede ajustarse a una vida normal.

Me siento como un náufrago atrapado en mi propia isla personal, luchando por sobrevivir y esperanzado en que alguien venga a rescatarme.

Y podría pasarme así el resto de mi vida, sintiendo lastima de mí mismo, llorando por lo sucedido o quejándome todos los días de las injusticias, pero yo no quiero eso para mí.

La vida es valiosa, no digo que sea fácil pero puede ser muy bella si le damos el sentido adecuado.

Yo no quiero ahogarme en las penas, ni nadar en un mar de depresiones, yo quiero sonreír al ver el cielo y luchar por ser feliz tras cada puesta de sol.

Voy a disfrutar el luchar por alcanzar mis metas, voy a sentirme orgulloso al dar hasta mi último aliento para hacer que mis sueños se hagan realidad.

No dejaré que las tristezas o el miedo me venzan, porque sé que puedo triunfar.

Construiré puentes hacía mi isla, romperé todos los cristales y derribaré cada barrera que se interponga en mi Camino.

Me verán reír porque sabré apreciar lo que tengo, sabré valorar todo lo que Dios me ha dado.

No seré un solitario náufrago en una isla desierta, seré un superviviente luchando por encontrar su destino.