Él caminaba por la calle con una sonrisa autentica, estaba satisfecho con todos sus logros del día, pero de pronto un pensamiento apareció gritando en su mente: ¡No lo arruines!
¿Han sentido esa sensación de que todo va bien, como si de pronto el sol te iluminará, como si la luna sobre ti brillará, como si la vida corriera por tus venas o como si el corazón latiera con fuerza?
Puedes ver el horizonte no con miedo a lo que venga sino con la mirada de un león dispuesto a conquistar lo que venga.
Tener tanta energía que puedes dar más de lo que nunca has dado y no te cansas porque sabes que cada pequeño esfuerzo te acerca más a un sueño.
Querer dar hasta el último aliento porque tienes la certeza de que no vas a dar un paso en vano sino que por primera vez tienes meta marcada.
En ese momento en donde tienes la mente clara escucharás a tu alma gritar:
No lo arruines, si encontraste tu Camino no lo dejes de transitar.
No lo arruines, si encontraste el amor de tu vida no la dejes ir.
No lo arruines, si encontraste tu propósito no te permitas no cumplirlo.
No lo arruines, si encontraste tu don no dejes de usarlo.
No lo arruines, si encontraste tú porque vivir no te rindas.
No lo arruines, si encontraste tu sueño no dejes de luchar.
No lo arruines, si encontraste tu felicidad, no dejes de sonreír.
Él caminaba por la calle, hasta hace poco valiéndose solo de sueños prestados, de dones incompletos y de felicidades temporales.
Él camina hoy por la calle con la vista en alto, con un fuego de valentía en sus ojos, con la mente llena de metas, con el corazón ardiendo por seguir adelante y teniendo fe de que para aquel que cree en Dios todo le es posible.
Muy alentador este texto. Reboza de optimismo tan escaso en estos días. Un saludo.
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