TONY VS CANCIONES DE AMOR

No es sino hasta que sientes roto el corazón, que te das cuenta que la mayoría de las canciones de amor son tan tristes, casi todas ellas gritan melancolía.
Todas parecen escritas por la misma desdicha que llevas en el interior, aquella partida de esa persona especial, el alejamiento de todo aquello que componía el amor.
La falta de aquella ternura, el disipo de aquel cariño que jamás pensaste perder, la calidez que te abrigaba el corazón sin que te dieras cuenta.
El enamoramiento es como un dulce que no empalaga, un regalo que quieres abrir una y otra vez, una película que nunca te cansas de ver.
Por eso duele tanto perder la costumbre de escuchar su voz, comenzar a olvidar su rostro, sentir que poco a poco muere su recuerdo.
Aquellas canciones de amor parecen un amargo consuelo, un placebo que te ayuda a superar el duelo, aunque mantienen abierta la herida.
Pensar que no puedes seguir viviendo con esa persona es una exageración, arrancar su figura de tu interior no es algo imposible de hacer.
Salir de aquella cárcel formada por sus virtudes, escapar de todo aquello que te hace añorarla, ser libre de la nostalgia que abruma la razón.
Canciones de amor que no hacen sino exaltar la desesperación de volver a ver a esa persona, que relatan una y otra vez la angustia que tu alma siente.
Hasta que poco a poco dejan de hacer efecto y te das cuenta que el desconsuelo ya pasó, que la pena ya se superó, y que el descontento es ahora cosa del ayer.


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