Quisiera ponerme cursi y decir tantas cosas que ahora no soy capaz de sentir.
Me encantaría que aquellos sueños en donde vuelvo a enamorarme se hicieran realidad.
Ver en los ojos de una mujer aquel brillo que solo provoca el enamoramiento.
Ver como sus pupilas se expanden al tenerme al frente y sus labios esbozan una sonrisa.
Decirte cosas tan románticas que provoquen que una lágrima recorra tus mejillas.
Confesarte mis sentimientos con tal sinceridad que logre que un suspiro escape de tus labios.
Tomar tus manos temblantes con alegría, como si hubiera conseguido el mayor de los premios.
Sentir nuevamente aquellas mariposas que revolotean en el estómago de los enamorados.
Saber que no es un solo sentimiento pasajero, por el contrario, estar seguro que ella es la correcta.
Sin embargo, me es difícil sentirme así nuevamente, y ni pensar en decir aquellas cursilerías.
Esas cosas solo parecen existir en mis sueños o en los escritos que me salen del corazón.
Porque es extraño como sin querer sigo esperándote, caminando hasta que nos junte el destino.
Serías una en un millón, tan especial que te reconocería entre la gente, me verías y yo a ti.
Al hablarte sabríamos que congeniamos al instante, nos entenderíamos como nadie ha podido.
Tanto tiempo esperándote, en tantos sueños te habría visto y te encontré sin querer.
Pero, esas son cursilerías que ya no soy capaz de sentir, que ya no acostumbro decir.
Quisiera poder ponerme cursi y volver a escribir un texto romántico que te haga sentir mi querer.
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