Ella llegó a la
tarde a la cita, siempre tiene excusa para demorar, pero cada vez que llega
hace que mi corazón salte y una sonrisa se dibuje automáticamente en mi rostro.
Con ella puedo
hablar literalmente de todo, sin temores ni miedos, y escucharla es lo que más
me gusta, ella puede hablar horas y nunca me cansaré de su suave voz.
Muchas veces
coincidimos en que nos sentimos como seres de otro tiempo, de esas épocas donde
el amor realmente era amor y se luchaba hasta el final para conseguirlo.
Ella parece sacada
de esas películas antiguas, esas mujeres que parecen ser un sueño cuando las
ves pero que al tomar su mano confirmas que son realidad.
Ella provoca que
quiera ser mejor, que quiera ser tan detallista como esos poetas del ayer, que
desee ser tan simpático como un escritor escribiéndole a su bella musa.
Contigo quiero tener
un amor como los de antaño, quiero ser como aquellas románticas fotos gastadas,
en donde se reflejaba un amor puro y sincero.
Ser como una foto
del recuerdo que adorna un viejo álbum y no una foto de portada de revista
actual, saber que cada recuerdo juntos es una imagen que guardaré en mi
corazón.
Somos un amor de
antaño, pero en el presente, quiero cuidar tu ternura con un marco de cariño y
proteger tu alegría con un cristal de comprensión.
Algún día cuando ya
nuestro tiempo haya pasado, habrá alguien que encuentre nuestra historia en un
baúl y diga: Yo también quiero ser como ellos, tener un amor de antaño.
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