Al
verte yo sabía que eras para mí, al apreciar tus oscuros ojos chinitos un mundo
gris se volvió lleno de color.
Miré
con asombro la forma de tu sonrisa, sentí como si hubiera descubierto en ella
una razón más para sonreír.
Caminamos
juntos y aprendí muchas cosas, es tan bonito estar a tu lado que cuando te vas,
cuento las horas para verte.
No
pude evitar pedirte que te quedes a mi lado, no tenía sentido caminar solo si
ya había encontrado a mi compañera.
Por
ratos podemos molestarnos, podemos estresarnos el uno al otro, pero el amor que
nos tenemos hace que esos momentos sean cortos.
Ambos
tenemos defectos, ambos tenemos imperfecciones, sin embargo, aprendimos a pulir
y resaltar lo mejor de cada uno.
He
visto a muchas personas entrar y salir de mi vida, así que siempre me
impresiona que tú no quieras alejarte de mí.
Cada
vez que el corazón me gana y los sentimientos se desbordan, no puedo evitar
pedirte que te quedes por siempre a mi lado.
La
vida es una lucha continua, pero me encanta saber que tú peleas junto conmigo y
que me motivas a seguir luchando.
Cuando
las mareas vienen, tomas mi mano, me ayudas tomando el otro remo y el navegar
por la vida es más fácil.
Correr
juntos hacia nuestros sueños me ayuda a no rendirme y en épocas de frío me
abrazas con tanto amor que calientas mi corazón.
Quiero
que pasen los años, ver tu rostro ir cambiando en cada estación, y decirte con
un corazón lleno de gratitud, gracias por quedarte a mi lado.
Comentarios
Publicar un comentario